La pasión por los pequeños detalles

Estas dos últimas semanas he trabajado en correos de un pequeño pueblo ( necesito liquidez para la edición del libro), donde he tenido la gran suerte de coincidir con una de esas personas apasionadas por los detalles, me ha enseñado la importancia de realizar bien cada tarea por pequeña que parezca en su contenido.

Tenemos una falsa creencia de ver a una persona atareada y pensar que es una persona productiva, cuando en la mayoría de casos tanta emergencia y apagafuegos suele ser un caso de poca previsión y estrategias defectuosas a la hora de realizar tareas, perdemos eficacia y nuestro trabajo deja de perder calidad.

Para reflejar este concepto, “Pasión por los pequeños detalles”, me gusta pensar en los japoneses, auténticos devotos de la cultura del perfeccionismo y buscadores incansables de la excelencia en todo aquello que hacen, tienen una concentración espectacular sea cual sea su cometido por insignificante que parezca.

No hace falta ir al sol naciente para encontrar personas que practican esta manera de entender que su cometido es dedicar todos los sentidos a lo que están haciendo en ese momento, solo id a visitar a vuestra abuela y mientras conversáis con ella (que seguro que le encanta), fijaros como cocina, el esmero que pone a cada pequeño detalle, no solo llena el plato de su experiencia y saber hacer sino que añade además un ingrediente mágico, su cariño por algo que parece tan sencillo como preparar una simple cena.

Comprométete con la excelencia, los actos mediocres nos convierten en personas mediocres, centra todos tus sentidos en lo que hagas, sea en lo laboral, en lo personal, con tus relaciones… da importancia vital a cada pequeño detalle, acción tras acción te irás dando cuenta que si nos volvemos unos apasionados por las pequeñas cosas  todo lo que nos rodea será mucho mejor.

“Ahora nadie puede reclamarte nada porque el servicio está perfecto” JM

Gracias José María por tu santa paciencia y por recordarme lo que nunca debería olvidar nadie.

Feliz Semana a tod@s

Alberto Rodilla