Un tiempo para sembrar….

otro para recoger, pese a que muchas personas se creen que siempre están sembrando y que nunca recogen nada, la vida tiene sus ciclos y acelerarlos o negarlos no impiden que sucedan, en la cultura actual donde prima LO QUIERO YA!!!, es difícil encontrar a personas que comprendan que todo necesita su tiempo, que aunque no veamos como sale de la tierra ni un solo brote de nada, hay que confiar y seguir regando.


Adoro las lecciones que nos da la naturaleza, en los colegios muchas asignaturas deberían ser dadas al aire libre, en los ríos, en la montaña, en el mar…. no me refiero a realizar excursiones de vez en cuando para conocer el medio, sino directamente asignaturas semanales basadas en el entorno. En aprender todo aquello que a gritos nos quiere enseñar y que nosotros no escuchamos porque estamos berreando a la vez, intentad escuchar a alguien con las manos en las orejas y a la vez chillando, es imposible, nos pasa exactamente igual con la naturaleza y sus valiosas lecciones.
Sembrad, no dejéis nunca de sembrar, aunque la tierra parezca árida y los sueños parezcan yermos, no hay que desistir, pues cuando uno menos se lo espera empieza a ver pequeños brotes y os puedo asegurar que es de las mejores sensación que se pueden tener.
A las plantas hay que dar cariño, calor, dedicación, agua, me encanta pensar que la vida es como un bonsái, ese arbolito pequeño que hace mucho tiempo estaba de moda, famoso por los millones de cuidados y dedicación que necesitan. Imaginemos que nuestros sueños o objetivos son como este arbolito japonés, hay que cortar las pequeñas ramitas, tener una temperatura exacta, la luz que necesitan,….. un ejemplo de cómo cuando nos dejamos el alma, tenemos las herramientas necesarias podemos lograr cosas extraordinarias.
Digo todo esto porque yo esta semana he recogido un poquito de cosecha, estoy muy feliz porque he podido cumplir dos sueños, por un lado voy a escribir semanalmente en una revista digital del deporte que amo, a la vez (casualidades del destino), la misma semana salgo en una publicación que llevo tiempo siguiendo y que me enorgullece formar parte de ella, primero con el gran reportaje que me ha realizado mi amigo Oscar y en un futuro inmediato como colaborador de ella.
Pero claro los que vivimos de sueños, no podemos parar de soñar, no podemos parar de intentar crecer, valorando siempre lo que hemos conseguido pero ante nosotros siempre se cruzan nuevos objetivos, nuevas metas y sobretodo nuevos sueños, esta bien pararse y ver el camino recorrido, pero no hay que dejar de ser ambicioso (en el buen sentido de la palabra) y seguir con un espíritu imperecedero de crecimiento personal.
Ahora que mejor manera de celebrar mi cosecha que invitar a las personas que me leen sus frutos, porque mi verdadera misión en la vida es dar, es mi manera de ser feliz.

Os paso los dos enlaces.




A veces nuestro destino se parece a un árbol frutal en invierno: ¿quién va a pensar, ante su triste aspecto, que esas rígidas ramas reverdecerán en primavera?  GOETHE



Feliz semana a tod@s

Alberto Rodilla

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