La ilusión de un niño pequeño


Después de pasar un fin de semana rodeado de niños, no puedo dejar pasar esta oportunidad y poder escribir de la inmensa alegría de saber que aunque pasen los años, no pierdo la esencia de ser un niño pequeño.
Durante estos dos días he visto llorar de rabia por perder, reír con los compañeros de equipo, concentrarse antes de un partido, sufrir los nervios que supone tirar un penalti, apoyar a un compañero que ha fallado, celebrar ganar un partido, en fin millones de emociones que nacen de unas almas que todavía son puras, no entienden de crisis, de política, de maldad, de hacer daño, y  mi deseo es que tarden mucho tiempo en cambiar.
No era la champions, ni el mundial, no les hace falta el boom mediatico, ni los millones, ni botas caras, dudo que a todos los niños que he visto este increíble fin de semana les importe mucho eso, con el balón y sus amigos de por medio tenían mas que de sobra para ser felices.   
Uno de mis ejercicios favoritos de asesoría deportiva, es “obligar” a aquellos jugadores que vuelvan a el primer día que se calzaron unas botas, que sientan de nuevo la emoción que fue para ellos pisar la pista/campo, que intenten recordar que pensaba ese niño, que era importante para él, todos llegan a la misma conclusión: JUGAR Y DIVERTIRSE, solo eso, jugar y divertirse, con el paso de los años se nos olvida, nos hacen ser mas competitivos, vemos a los contrarios como enemigos, e incluso a nuestros compañeros como rivales, perdemos la esencia del deporte, superarse y disfrutar.
 Lo mejor de trabajar con categorías inferiores es que me hacen volver a  ser niño semana tras semana, puedo celebrar con ellos sus victorias o animarles cuando sufren derrotas, me dan la oportunidad de volver a sentirme una y otra vez ese chiquillo que tanto echo de menos.
A los que tenemos la suerte de trabajar con niños seguro que saben lo que digo, a todas aquellas personas que han perdido el espíritu infantil, les aconsejo que paren un momento de sus ajetreadas vidas y dediquen un día, unas horas o unos minutos a intentar hacer feliz a un niño.


La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras. Jean Jacques Rousseau


Mientras te espero, aprendo a ser papa rodeado de niños que me ayudan a llevar mejor la espera de tu llegada.
Feliz semana a tod@s
Alberto Rodilla

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